De sobre son conocidas las propiedades cosméticas de la manteca de cacao, utilizada durante siglos para el cuidado de la piel. Además de ser un humectante natural para piel y uñas, posee fuertes propiedades antioxidantes que permiten proteger nuestra piel de las agresiones del medio ambiente.
En los establecimientos de cosmética especializados podemos encontrar cremas y jabones elaborados con este producto, cuya duración se prolonga entre 2 y 5 años, de modo que no tendremos que preocuparnos porque nuestros productos de belleza vayan a caducar en un período corto de tiempo.
Quizás lo que más conozcamos sean los labiales de manteca de cacao, muy eficaces para evitar los labios resecos y agrietados, al igual que la vaselina, pero hay otros muchos productos que contienen esta grasa natural del grano del cacao, y que os contamos a continuación:
- Si te gustan los masajes, nada mejor que un buen aceite de manteca de cacao para realizarlos; la manteca de cacao es un humectante natural, así de que de este modo conseguirás un triple efecto, relajarte, humectar tu piel y conseguir un agradable aroma.
- La manteca de cacao pura es más difícil de conseguir, pero es enormemente beneficiosa para tratar enfermedades de la piel como el eccema y la dermatitis.
- Cremas hidratantes con manteca de cacao, tanto para la piel del rostro como para la del cuerpo, que además se absorben con gran facilidad debido a su tendencia a la fusión con la temperatura corporal.
- Nuestras manos y uñas también se beneficiarán de un tratamiento con manteca de cacao, ya que deja tras de sí una capa de seda que les dará un aspecto brillante y saludable.
Además de las propiedades humectantes de la manteca de cacao, se sumarán el aceite de la vitamina E, que ayuda a prevenir la ruptura del tejido saludable y promueve el crecimiento celular, y las propiedades suavizantes e hidratantes del aceite de almendra.
Para realizarlo deberéis calentar, al bao maría, 1 cucharadita de aceite de almendras, una cápsula de vitamina E y 2 cucharaditas de manteca de cacao rallada, revolviendo de vez en cuando la mezcla hasta que se derrita la manteca de cacao. Retiramos del fuego y echamos la mezcla en un recipiente limpio. Dejamos enfriar y una vez fría, frotamos las uñas y las cutículas.